domingo, 22 de mayo de 2011

Carta de amor... ¡A una patata frita!

Eres tierna y blandita, dorados son tus cabellos, esplendor intenso del que no cabe alma alguna.
Una inexplicable belleza que sólo es superada por su insuperable sabor.
Bañada en aceite de carácter salado, existencia en este mundo como la tuya no existe ninguna.
Tuerta cuando naces, cubierta del mundo ajeno, pues vive siempre con temor,
Hasta que un día llegue la hoja adecuada que la saque de su prisión.

No hay vida sin sentido, como el sentido que da la tuya,
deseosos de probar tu capricho salado nos hallamos,
danza en el paladar tu ternura, de ti no hay quien huya,
imposible es abandonar aquello que tanto apreciamos.

Porque tu eres la más tierna de indomable carácter,
que todavía no ha nacido nadie quién a sabor te gane,
cuando artesanal es tu producto es definición de arte,
hacer un congelado tuyo es más que un mero desgaste.

Te quiero patata frita, sin ti muchas noches de incertidumbre a la hora de la cena habrían sido un caos y tú siempre me resuelves con tu delicioso saber, estas oscuras noches en las que nada hay por hacer. Gracias.

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