martes, 25 de enero de 2011

La Aprobación de la ley Sinde


Hace tiempo el gobierno propuso la llamada Ley Sinde.
¿Qué es eso de la ley Sinde? Para los artistas tipo Alejandro Sanz, tipo canto del loco, es una genalidad muy bien sacada de la chistera. Total, como ellos toda la pasta que se sacan viene del desproporcionado precio de sus discos, pues llevan muy mal eso de que a la gente le de por descargarse las cosas, porque hay que recalcar que más que pagar el disco en sí, los meapilas de a pie que se creen ellos que somos, pagamos en realidad el nombre que viene en el disco. Aunque lamentablemente, no es un caso aislado.
Los comerciantes, que son unos tíos muy listos y de lo más salaos, pues les siguen el juego a esta gentuza, y como saben que el disco del bueno de Alejandro se vende, ¿Por qué no iba a venderse por el mismo precio un disco de Metallica o el nuevo disco de la nueva banda underground que ni su madre les conoce pero tienen su cierto renombre?
Y claro, de ahí viene la exageración, y es por eso que la gente de a pie, ciudadanos de medio pelo que están cada día más lejos de ser ricos amanerados, cuando ven un disco por 25 euros en el corte ingles, no se molesta en leer si ahí pone "Alejandro Sanz" o "Justin Bieber", sólo ve la desproporcionada cifra y se dice a si mismo "joer, estos tíos se creen que soy memo, pá ese desfase me lo bajo de internet"
¿Qué más da que tenga menos calidad? Para el ciudadano respetable que se ha ido a su casa a descargarse el disco le ha valido cero euros, para el artista rechinado supone una pérdida de unos pocos euros, ya que el precio de los discos se los lleva en su mayor cantidad la discográfica. Aunque supongo que para tíos como el Alejandro, pues les sale caro, porque padecen de ese cierto miedo escénico al saber que en realidad están engañando al colectivo.
Para aquél grupo underground que no les conoce ni su señora madre a la hora de la cena supone un ingreso  de unos pocos céntimos que compremos su disco, porque de los 25 se lleva la discográfica 24,95. Para la gente esta marginadilla, que se curran su música como cualquier Alejandro Sanz del mundo o más, pues pasan de ellos y se tienen que ganar la vida en conciertos, no saben ná estos de la discográfica, con tal de llenar su cochiquera de más fajos y limpiarse su desproporcionado morro de cerdo con los billetes ganados en su afán egócentrico de coleccionar el mayor número posible de billetes, pues dicen que quién ha probado el poder, de poder comerá durante el resto de su vida.
Así pues, sale la SGAE, paladina de gentil bravío, defensora los Robin Hood inversos, los que llenan de billetes a los ricos y desguazan a los pobres, cubriendo con su manto como hace el granjero con sus cerdos y les dice: "No os preocupéis hijos míos, al ciudadano de a pie que es mendigo, no le damos ni agua y por ello le quitamos el pozo".
Así pues, como la SGAE es sólo un escudero que cubre los golpes de sus desvalidos, le pide ayuda al gobierno, que es el espadachin justiciero, y se crea esta maravillosa perla bajo el nombre de "LEY".
La maravillosa y salvadora Ley Sinde, que más bien lejos de dejar que los pobres nos salgamos con la nuestra, dado que ellos ingenuamente no saben que la mayoría de descargas que se realizan en España son de webs extranjeras, atentan con uno de esos pocos derechos que teníamos, la libertad de expresión
Aprueban la ley para satisfacer a su escudero que ampara a los cerdos, y ahora desean que nosotros vivamos como cerdos también, que nos pongamos bajo el mismo escudo.
Pero lo que ellos no saben, es que si no fueran tan listos, si no se hubiesen subido a la parra para igualar los precios que le ponen a los artistas renombrados y manda higadillos que a unos mendas que acaban de sacar su primer disco y hacen rock alternativo te cobren también esos 25 euros. Sí a estos mendas en lugar de ponerles el disco a 25 se lo pones a 10, el mismo señor trajeado de antes que acude al corte inglés a dejarse la vista con los precios, ve 10 euros y dice "¡Coño!, lo mismo merece la pena!, pero por 25, a ver quién coñe se compra un disco de unos tíos que no los conocen nadie, manda huevos señores, a esos mendas desconocidos les hacéis un flaco favor ofreciendo 25 por un primer albúm que no se sabe ni si es bueno ni es malo.
¿Y se quejan ustedes de que no salen artistas? Señores míos, no es porque la gente haga piratería, les matan ustedes mismos no dándoles ninguna oportunidad al ponerles un precio prohibitivo. Por un Alejandro Sanz, o por un Metallica, tal vez te dejes los 25 eurillos aunque sea con cierto dolor, pero 25 euros por unos desconocidos, hasta los pijos mantenidos se lo piensan.
Y nos dicen también que no descarguemos, cuando son industrias ilegales que tienen "mano de obra extranjera" por dos duros ganando dinero a expuertas y quienes son los que realmente sablean a la industria artística con su trabajo, que además de hacer piratería de ello sacan un buen fajo.
Sin embargo estos señores se quedan de brazos cruzados contando los billetes mientras sus chicos negros tan queridos son arrestados en su lugar y somos los ciudadanos de pie, hijos del buen vecino quienes tenemos que comernos con patatas fritas la ley sinde, por favor, un clamoroso aplauso para tan competente gobierno que considera malos a quienes no lo somos, y a los malos de verdad no sólo les dejamos libres a sus anchas, que encima les damos favoritismos.
Pero es que nos quitan el derecho sin más, la opinión de la gente que se descarga cosas para su disfrute personal, como son tan malos, irreverenets y desgraciaos se la pasan por el forro de los cojones y aprueban la ley a la fuerza, me imagino a Rajoy y Zapatero apuntando con una pistola a la cámara del juzgado. Pero no hace ni falta, porque son todos una banda de chorizos que no saben lo que es sobrevivir con el sueldo de un tío que mueve los ladrillos y de otro que reparte pizzas, así que les importa un carajo, asienten su egoísta cabeza y gruñen con su morro de cerdo a todo lo que diga la SGAE y la propiedad cultural, que se quejan de que un obrero se descarga su obra, pero no de que toda una organización tega esclavizada a miles de personas haciendo copias de su obra para ganar dinero.

Así que olé, olé y requeteolé. Madrid, la suma de todos, la resta del colectivo.

domingo, 23 de enero de 2011

La música, ese otro lenguaje

Hace tiempo salió por youtube una tía diciendo que Justin Bieber era mejor que los Heavy's. Ahora bien, todo el mundo se ha lanzado contra ella como si fuese una idiota, que lo es, ¿Pero no os dais cuenta de que existen miles de idiotas así? De no ser así, no creo que ni siquiera hubiese salido nunca una pava como esa.

Escoria que se cree que los Heavy's somos satánicos, escoria que se cree que todo el rock es sólo un conjunto de molesto ruido.

Pero yo creo que cualquiera que entienda algo de música, aunque no te guste el Heavy, al menos eres capaz de respetarlo. ¿Por qué? Pues porque quieras que no, está bien hecho, ¿Qué es todo igual? Si es por eso, la música que hacían en la primera mitad del Barroco era igual, la música que hacían Mozart, Hyden, Salieri y compañía era toda igual, pero mira, resulta que ahora son unos genios. Estoy convencido de que cuando pasen unos cuantos años, estos tíos tan satánicos, tan ruidosos y de carácter rebelde, carácter que algunos músicos citados anteriormente ya poseían, y sí, en su época eran tan "malos" como lo son nuestros queridos Heavy's, serán también unos genios de la más alta estirpe y serán tratados como un símbolo de alta cultura.

¿Sabéis la diferencia? Con personajes de una noche, y de estos también había en la época de J.S.Bach, sólo son una triste moda pasajera que tienen envidia de aquellos que, al contrario que ellos, poseen verdadero talento. Y es que el talento no es hacer algo que esta de moda, algo que porque escuchan todos automáticamente es bueno. Hacer algo con talento significa arriesgarse, hacer lo que te gusta y no lo que se quiere oír, muchas veces el talento es simplemente ser capaz de crear algo nuevo y eso es algo que nuestros compañeros los Heavy's sí que saben hacer.

Una vez más, la sociedad me demuestra lo altamente ridícula que puede llegar a ser, gente como esta defensora de Bieber ni siquiera escuchan a su supuesto ídolo porque les guste, sólo lo hacen porque esta de moda, porque las personas que rodean a esa persona en concreto también lo hacen y también dicen que es bueno, y estas personas previamente han sido embaucadas por otras personas que nos dicen lo que es bueno y lo que no lo es.

Esto es algo que me repugna y me indigna hasta no sabéis que punto, si sus amigas no hubiesen escuchado Justin Bieber, si esas amigas no hubiesen sido víctimas de una sociedad compulsiva que no cesa de transmitir ondas de comercialismo y de lavarnos el cerebro diciéndonos lo que esta bien o mal, ni siquiera existiría. Así que yo pregunto ¿Qué derecho se cree que tiene para decir eso, si no tiene ni idea?

No tiene ni idea de lo que sufren otros, no tienen ni idea del sacrificio que hacen otros, no tiene ni idea de como los demás si valoran a las personas que cada día escuchan su música, por que al contrario que Bieber, ellos si buscan transmitir algo con lo que hacen. A Justin le da igual, le componen las letras, ya sea el negro de turno o su propio perro incluso, que viendo de lo que habla en sus canciones me parece una posibilidad bastante factible.

¿Quién demonios te crees que eres niña? Para juzgar a un colectivo de personas que valoran música de verdad, ya sea buena o peor, mejor o peor hecha, pero música al fin y al cabo. ¿Quién eres para juzgar a unas personas que son capaces de viajar en caravana a otros países sobreviviendo con tres dólares al día sacrificando su propia salud y su vida para darle a sus fans lo que quieren? Muchas veces hacían este sacrificio para llegar a un grupo de cuatro fans que muchas veces ni siquieran estaban dispuestos a escucharles. Personas que componen su propia música, que aunque sean sencillas y violentas, al menos ya tienen más merito que la supuesta música de un niñato que ni siquiera ha aprendido a vestirse solo todavía, ¿De verdad crees que Justin haría un sacrificio como el que hacían estas personas por tí?

Os diré a los fans de Bieber lo que significáis para él: Nada, absolutamente nada, pero tranquilos, os da el reconocimiento que merecéis por ser unos falsos que se dejan embaucar por la sucia voz de una sociedad decadente. Sois unos falsos, y precisamente como lo sabéis tenéis que recurrir a mierda como la que produce el señorito Bieber para uniros y creeros que sois algo, pero en realidad sois nada, y eso hasta un niñato idiota como Bieber que se cree alguien lo sabe.

¿El nuevo Kurt Cobain? Que yo sepa, al menos Kurt sabía vestirse sólo y Kurt odiaba la fama, así que no hijo, aunque Cobain no sea muy de mi agrado al menos era un músico de verdad y no un idiota, su única idiotez fue suicidarse... aunque tranquilo Bieber, si tanto te crees como Kurt puedes seguir sus pasos y suicidarte como hizo él, la diferencia sería que a Kurt todavía le echamos de menos y hasta la gorda que te esta defendiendo se olvidaría de ti a los dos días, eso si que es triste.

¿Qué los heavy's no valemos nada? En fin haya vosotros, creo que los compositores de Heavy Metal no dejan de demostraros lo que valen, al menos tienen el valor de expresarse como verdaderos artistas, diciendo lo que sienten y haciendo lo que a ellos les gusta... a ellos les da igual si les escucháis o no, porque no intentan venderos nada, sólo ser ellos mismos y por eso tengo claro que algún día, aunque sea dentro de mucho tiempo, todos ellos serán reconocidos. Pasaran a ser los nuevos Mozart y Beethoven y de payasos como Justin nadie se acordará...

Así que dejad de seguir el juego a la gente como esa niña porque no valen nada, no merecen la pena, ni siquiera tienen una opinión propia, como he dicho antes esta opinión esta inculcada por uno de esos intentos de la sociedad de convertirnos en ciudadanos respetables.

También tengo cera para rato para los fans de Lady Gaga, que si, que cantará de puta madre, pero estoy harto de esa tipa que también se cree algo porque todo el mundo la ríe las gracias ¿Y por qué razón señores y señoras? Pues por la misma que nos cae en gracia el niñato ese de Bieber, la sociedad, me da pena una buena cantante como ella se haya echado a perder por culpa del enfermizo sentido comercial que le ha dado el fanatismo de esta decadente sociedad.

Yo sólo digo que sale Lady Gaga con un vestido de chuletones y es una tía súper guay que te cagas de la muerte, pero salen los Korn en pijama o Buckethead con su bol de Kentuky friend chiken en la cabeza y son unos idiotas, unos rebeldes y unos irreverentes, y ya si hablamos de Marylin Manson ya ni os cuento, ese hombre tiene más leyenda que agujeros tiene un colador y todas alimentadas por este falso sistema, una vez más, que nos intenta inculcar lo bueno y lo malo.

Yo ya estoy hasta el culo de lo bueno y lo malo, porque no respetan a la gente que sabe hacer arte de verdad, a los músicos de verdad les marginan en una esquinita porque promulgan que la gente piense por sí misma. Señores a la sociedad le interesa tener robots, no personas eficientes y entusiastas, que es lo que consigue hacer el arte de verdad, y no la mierda de arte barato que nos venden por la tele, el periódico e internet.

Yo digo que os follen, que os follen a todos, no voy a dejar de ser yo mismo y me da igual que os riáis de mí por ser distinto, porque yo me río de vosotros por ser iguales, me dais pena.

Y si alguien se da por aludido leyendo esto, lo siento mucho, pero... ¡Que le den por culo también! En una sociedad cada vez más prohibitiva y decadente, la triste opinión personal de un individuo es lo único que nos queda.

Dark Chronicles II

Tranvía 557


Todas las personas tienen sueños, aunque muchas veces ni siquiera sabemos lo que significan. Algunos ya saben lo que quieren desde el mismo momento en el que salen del útero de su madre sonríen al mundo porque simplemente lo saben, para otros no es tan sencillo. Algunos debemos encontrar nuestro camino, y no siempre es fácil, la mayoría de las veces perseguimos fantasmas que creemos que son sueños y no son más que vulgares espectros.
En el caso de Jaime El Butifarra, podríamos decir que fue una de esas afortunadas criaturas que encuentran su sino.
Jaime ni siquiera sabía lo que era la música rock hará ya cosa de unos cinco años más o menos. Fue en un afortunado día en el que alguien puso la radio cuando supo cual era su sino en la vida, por fin tenía un maldito sueño, no era ni mejor ni peor que el que los demás, pero al fin y al cabo, era un sueño.
En la radio sonaba la mágica sintonía de un grupo triunfal para lo que eran estos esperanzadores años 80, un grupo que ya llevaba su tiempo en el negocio de la música, se llamaban Judas Priest y el tema en concreto que sonó fue “Heavy Metal”, según el locutor, el disco había salido ese mismo año y se dio a conocer como Ram it Down.
Sus compañeros de trabajo deseaban quitarlo, pero el bueno de El Butifarra insistió en que lo dejasen puesto. Para él no era música diabólica, ni era un simple ruido atroz, supo captar la magia que esa música desprendía.
En cuanto ahorró un poco de dinero, se compró un bajo, aprendió a tocarlo de una forma autodidacta, comprando algunos libros y escuchando la música que más le apasionaba desde aquel día en que una mano milagrosa encendió la radio: La música rock.
No obstante, El Butifarra no tardó en descubrir que la gente tenía cierta aversión por aquella música. Cuando no tildaban a los heavys de satánicos, eran unos vagos e incompetentes, unos viva la virgen, unos buscadores de problemas… drogadictos, borrachos… la reputación de un heavy era de lo más bajo que había, antes preferían a un ladrón que un heavy, y ante la creciente devoción de El Butifarra ante este tipo de música, eso a veces le causaba problemas con la gente “apta” de la sociedad, pero por otro lado, la gente “no apta” se lo pensaba dos veces antes de hacerle nada malo, aunque él sabía que no era respeto, sino más bien temor…
Y si bien había otra razón por la que esto era un problema era por el sueño que por fin había descubierto. En los últimos dos años que significaban el final de los dorados 80, Jaime había acudido a innumerables conciertos, sacrificando en ocasiones necesidades tan básicas como la comida. Y es que nada era lo bastante importaba si de ello dependía disfrutar de un concierto de sus ídolos. Todo el poco dinero que conseguía recaudar de su trabajo como frigorista iba dedicado a discos de rock, pósters, figuras, indumentaria heavy…
Pero tras dos años de completa devoción y de superación con el bajo debían desembocar en algo más grande, en eso consistía el sueño de El Butifarra. Un hombre normal de mediana edad, como cualquier otro, sería una de las más amadas figuras del rock, así lo había decidido: “Al menos tan grandes como Barón Rojo.” Se solía decir a sí mismo, no obstante tenía un problema muy gordo si quería lograr su ambicioso deseo. Le faltaba una banda. No tenía ningún miembro del grupo ni conocía a nadie que supiese tocar, así que comenzó a investigar por el decadente barrio en el que vivía, aunque allí era difícil encontrar algo que no fuese un drogadicto, o una prostituta, incluso camellos. El butifarra solía pensar que se escondía calaña aún peor en su barrio que la anteriormente mencionada. Rápidamente, hubo de incrementar la búsqueda de miembros del grupo extendiéndose por más zonas de la ciudad.
Así es como llegó hasta el Tranvía 557, una céntrica cafetería de la ciudad con unos deliciosos postres y de las pocas de la ciudad que, a gusto de El Butifarra, no tenían un café que supiese como lo que él textualmente citaba como “sabor de cubo de fregar la pota de un yonki.
Enfrente suya tenía al primer candidato para el grupo, un joven muchacho que se llamaba Josué, de cabello castaño apagado, larga melena y profundos ojos esmeralda, El Butifarra bromeó en más de una ocasión que parecía: “Sacado de Manowar”.
Josué hizo una señora representación con su guitarra en el garaje del butifarra, que decir que El Butifarra quedo más que sorprendido, emocionado podría ser la palabra, y lo más fascinante de todo es que un virtuoso de esa calaña deseaba formar parte de la banda, así quedaron para concretar los últimos términos.
El Tranvía era lo que en idioma rockero podríamos definir como un “Buen Tugurio”, aunque la verdad, no era para nada un tugurio. Su gusto era un tanto relamido, sobre todo para un heavy que se precie, pero aunque las apariencias engañen, Bertín, el dueño de la cafetería, era un consagrado heavy, por lo que solía desentonar bastante ese lugar de azulejos empañados por un color café abarrotado de heavys.
Pero a pesar de que era un lugar adornado por bellas cortinas rojizas, con unas ventanas y servicios impolutos y madera de pino para el suelo, a pesar de que parecía un bar dominado por los pijos, uno no dejaba de ver chupas de cuero y escuchar la deliciosa música de los 80 elegida por el dueño en persona, así que, para El Butifarra no había mejor lugar donde reunirse, a pesar de las apariencias era un buen lugar dónde tomarse un desayuno y escapar de las injustas y no fundamentadas opiniones de la sociedad. Por si acaso todos estos puntos no eran suficientes, además la camarera, Rosa, era una morena de sensuales curvas y larga melena rizada, ojos azules profundos y sonrisa coqueta, por no decir que era un encanto además de lo físicamente hablado… Tal vez las visitas no se debían solamente a que era un lugar espléndido, al menos eso pensaba tanto Josué como El Butifarra.
-Conozco un buen guitarrista, incluso mejor que yo aunque me duela decirlo.-Comentó Josué dando un sosegado sorbo a su taza de café. Se dejó algo de nata del cappuccino en el lado del bigote, entre risas, El Butifarra le indicó su pequeño desliz.
-Caray, si es mejor que tú, con lo bueno que eres, no sé a qué estás esperando que no me lo presentas.
-Se llama César, hablaré con él. Con suerte a lo mejor sabe de algún batería.
-No te preocupes por eso, hace poco hable con un chico que está interesado y parece que promete.
-¿A, sí?
El Butifarra asintió.
-Pero aún necesitamos un vocalista.-Señaló Josué.
-No te preocupes Josu, de momento no he hablado con nadie, pero en un momento dado podría hacer la voz yo mismo, he estado probando y cada vez me cuesta menos tocar el bajo mientras canto y creo que mi voz puede encajar para el grupo, pero…-Dijo mirando distraído a Rosa.-no sé, cuando estemos todos si seguimos sin vocalista podemos hacer una audición o algo, a ver si os gusta como queda. Como ya te dije quiero hacer algo totalmente innovador.
Josué simplemente sonrió, Jaime le cayó bien desde el primer instante, y le vio un tío muy capaz y con grandes dotes emprendedoras, y por lo que había visto de él como bajista, se defendía con bastante sorna. Estaba convencido de que mejoraría más.
Después de un rato más charlando tranquilamente en la cafetería, ambos se separaron.
Josué fue a hablar directamente con su amigo el guitarrista, César.
La historia de César era bastante trágica, no solía hablar mucho de su vida, pero Josué era de los pocos amigos que tenía. Un día que se fueron de copas este le confesó que había perdido a su familia en un desafortunado accidente de avión, el rock y el alcohol era lo único que le quedaba. Antes de perder a su familia, César era dueño de una empresa importante, y parece ser que tenía como hobby la guitarra y era un gran aficionado al rock, razón por la que después del accidente sólo le quedase la música, lo único que jamás le había abandonado.
César sólo tenía un inconveniente. Frecuentemente, solía dejarse llevar por las drogas, sobre todo el alcohol, aunque Josué sospechaba que se tomaba algo más… sabiendo de su confesión, la verdad, no habría resultado extraño.
Así que lo que se sabía de él era que había perdido la empresa en años posteriores y ahora era un paria de la sociedad, ignoraba como se ganaba la vida, pero de alguna forma debía hacerlo, si no sería imposible estar noche tras noche frecuentando bares nocturnos.
Y Cuando le preguntó que si quería formar parte de un grupo, únicamente cogió su botella de Whiskey, pegó un largo y tendido trago y tras secarse la boca dejo caer un amargo y casi silencioso “Sí, lo hare”.
El Butifarra también había conseguido progresos con el batería, era un tío llamado Hugo. No era lo que podríamos llamar un virtuoso, pero no se defendía nada mal, y para lo que buscaba, se ajustaba más que de sobra.
Aunque al contrario que Josué, César y él mismo, Hugo tenía un carácter alocado, muy alocado. Había visitado la cárcel en varias ocasiones, por robos, peleas… algunos polis ya le conocían, aunque lo más disparatado de todo es que con algunos se llevaba de lujo.
Era un tipo majo, pero bastante peligroso y un Don Juan de la era moderna, nadie sabe cómo pero tenía cierto imán para las tías. Aunque mientras tocase bien ¿Qué más daba?
Por lo visto también tenía bastante afán por las drogas, aunque por fortuna, no era más que alcohol, tabaco y alguna visita de su amiga maría de vez en cuando.
Hugo era alto, delgado, siempre llevaba sus pantalones de pitillo y una dorada melena rizada al más puro estilo Mötley Crue, ojos grandes y redondos, marrones de un destello de esos que mata con la mirada, todo un rompecorazones muy peligroso.

Finalmente, los cuatro miembros se reunieron en el garaje de El Butifarra.
Nada más comenzar, probaron las habilidades de César, el cual se presentó debidamente y dio su recital perpetrando una ingeniosa melodía que enseñó una nueva lección de música a Heavy a los presentes… ni siquiera Josué sabía que era tan bueno, simplemente no había palabras para definir tal nivel de destreza con la guitarra.
-¡Madre mía!.-Exclamó El Butifarra con los ojos como platos sin poder salir de su sorpresa.
Luego El Butifarra les pasó lo que sería la primera cover, Living After Midnight de los Judas Priest y a pesar de que era la primera vez que tocaban los cuatro juntos, salió en apenas dos intentos, la compenetración del grupo era perfecta y la sonrisa de El Butifarra no podía ser más satisfactoria y triunfal, marchaba incluso mejor de lo que se había imaginado.
Tras este pequeño gran paso, la banda no paró de crecer, en muy poco tiempo ya dominaban más de diez covers y por el momento, tal como habían acordado, El Butifarra ejercía de bajista y de cantante a la vez, y no se desenvolvía nada mal en el asunto. Decidieron bautizarse como “The Street Angels” traducido al español como “Los Ángeles de la Calle”. En apenas tres meses ya tocaban las covers en salas de barrio, y en dos más sacaron su primera maqueta “Devils Don’t smile” en las que aparecieron sus tres primeros temas propios.
Un día se presentó ante la puerta un hombre llamado Félix, de larga melena oscura como el azabache, gafas de sol y traje color caqui de Armani, todo un pez gordo.
-¿Así que ensayáis en un garaje?-Comentó sonriente, aunque era de esas sonrisas que desearías quitarle de la cara, más bien parecía estar riéndose de la situación.
-¿Algún problema con eso, jefe?-Preguntó Hugo con gesto desafiante.
-Ninguno, pero si he venido es porque puedo daros algo mejor. Necesitáis un vocalista, ¿No?
-Por si no lo sabías lumbreras, ya estamos bien servidos. Hasta ahora nos ha ido muy bien con Jaime al bajo y a la voz.-Sentenció César con frialdad.
Aunque Félix no se inmutó ante los desafiantes miembros de la banda y siguió con su parloteo de pez gordo como si hubiese escuchado nada.
-Resulta que yo soy vocalista y gran amante del rock, aunque me esconda bajo esta apariencia. Soy dueño de una famosa discográfica. Os he escuchado en la sala Live el otro día, y la verdad es que sois geniales, estaría dispuesto a promocionaros, pero con una condición.
-¿Qué condición?-Preguntó El Butifarra esperando algún engaño por parte del ávido pez sediento de sangre que se postraba delante suya, no obstante, Félix volvió a mostrar su estúpida y odiosa sonrisita triunfal, lo cual puso más tensión entre los miembros del grupo que se miraron entre sí dispuestos a lincharle en cualquier momento.
-Tranquilos amigos.-Dijo al ver el creciente nerviosismo por parte de la banda.-Vamos a llevarnos bien, yo sólo quería ofrecerme como vuestro vocalista, me he hecho un gran fan vuestro chicos, me sé vuestros temas y covers y sería todo un honor hacerlo, así Jaime El Butifarra estaría libre de tener que cantar y tocar a la vez, y sinceramente, yo puedo hacerlo mejor.
-Está bien.-Sentenció El Butifarra.-Canta algo.
Félix no dudó, y así lo hizo e inesperadamente dejó muy sorprendidos al grupo, pero El Butifarra no quería darse a vencer tan fácilmente.
-Tráeme el contrato de la discográfica y entonces hablaremos de tu incorporación, Félix.
En unos pocos días de trámites, Félix ya era oficialmente miembro del grupo, y poco a poco, descubrieron que no era tan seco como parecía, el tío realmente sabía de música. Estudió solfeo de pequeño en el conservatorio e hizo varios recitales, incluso representó varias óperas a pequeña escala, no obstante, él adoraba el rock y se sentía incómodo en ese mundo, así pues con sus estudios y con un poco de ayuda de su padre, se hizo dueño de una discográfica.
La primera impresión engañó mucho, en realidad Félix era un tío sensible y dulce y ante todo carismático, siempre sabía cómo arrancarte una sonrisa. Tenía una peculiar habilidad para el sentido del humor.
Con esta galáctica alineación digna del mejor rincón del universo “The Streets Angels” se consagraron rápidamente al podio del rock español.
El Butifarra quedó con los chicos para hablar de su situación, él quería viajar al extranjero, lo que sin duda era un paso importante, pero al mismo tiempo, extremadamente dificultoso de tomar.
Aquél día Josué vino con su novia Tania, una bella muchacha de pelo rizado, cuyos extravagantes rizos dibujaban numerosos y bien perfilados tirabuzones. Tenía cierta estampa cómica verla junto a Josu, parecía un padre llevando a su hija de la mano, aunque hermosa, era ciertamente bajita y Jaime apenas supo ocultar su burlona sonrisa, a la cual Josué respondió con una mirada ardiente, aunque al mismo tiempo agradecida, sabía qué clase de persona era El Butifarra, y que no era la clase de persona que se ría en la cara de los demás. En cierto modo, esa risotada pérfida y burlona representaba una gran amistad al mismo tiempo.
Quedaron en el Tranvía, como siempre, y el usualmente transitado bar había doblado su porcentaje de tránsito considerablemente. Por supuesto se debía al también considerable aumento de notoriedad de la banda, en cierta manera, esta situación les incomodaba, pero también suponía una gran alegría. Por fin eran conocidos.
Así que, cuando comenzaron a beber su bien tostado y sólido café, no pudieron esconder sus rostros impávidos ante las palabras que El Butifarra se tenía reservadas para ese día.
-¿Quieres que vayamos al extranjero?-Repitió insólito Hugo.
-Así es.
-No hay problema, la discográfica tenía intenciones de proponerlo, si se lo digo yo estoy seguro de que se harían cargo de todo.-Afirmó tajantemente Félix.
-Por mí no hay problema.-Aseguró César con firmeza.-Estoy deseando ver algo nuevo en lugar de quedarme en esta mierda de país.
Hugo simplemente asintió felizmente mientras devoraba celosamente su croissant con mermelada.
Todos los ojos se clavaron en la única persona que no había declarado nada. Josué tenía el rostro pálido, casi tan pálido como lo tenía su novia.
-Venga tío, ¡Que no habrá otra oportunidad como está!-Insistió tenazmente un Hugo con la boca llena que por poco se atraganta con su croissant.
Sin embargo Josué seguía dubitativo, y ya era raro que precisamente fuese Hugo quién le animase, aunque se llevaba bien con él, nunca le había ofrecido demasiada confianza, y ciertamente no le había quitado ojo a Tania, ni Tania a él, lo cual no le gusto para nada.
-No te preocupes por mí Josu, es una gran oportunidad, iré contigo a donde vayas, estoy segura de que no fracasarás.
Ciertamente estas palabras tan dulces y afectivas despertaron el ánimo de Josué, pero aún así tenía miedo de que hacer si fracasaban, al fin y al cabo, viajar al extranjero suponía exponerse mucho más. Ya era trágico fracasar en tu propio país, pero si fracasabas fuera prácticamente ya se podía sentenciar la vida de tu grupo. Josué sabía que si fallaban fuera de España jamás volverían a tocar, pero por la mirada de decisión que todos los demás pusieron, se dio cuenta de que sus compañeros pensaban exactamente lo mismo. No habría opción para fracasar.
Hasta el momento “The Streets Angels” ya había sacado un disco y había sido un exitazo, pero si de verdad deseaban gloria debían irse al extranjero, no obstante el golpe del fracaso sería mucho más duro también. Finalmente Josué accedió.
Su primera parada fue Suiza, aunque allí poco más hicieron que perfeccionar su segundo disco, terminarlo y hacer una gira por el país y ya de paso volvieron por España y regresaron.
Al principio fue así en casi todos los lados, pero allá por donde iban dejaban huella, cada vez se oía más el nombre de “The Streets Angels”.
Pero aunque todo iba bien, para desgracia de Josué uno de sus peores temores se estaba haciendo realidad, la fama también tiene un precio, cada vez pasaba menos tiempo con Tania y César le advirtió que a veces se quedaba a solas con Hugo cuando ellos tenían promoción o firma de disco, las cuales Hugo casi siempre se saltaba, obviamente, el temor no cesaba de crecer dentro de su corazón.
Sin ni siquiera darse cuenta, ya habían pasado casi cuatro años, y tenían tres discos, y viajarían a la cumbre del rock, Alemania.
En la vida de una persona normal, pueden pasar cuatro años y que no sufra ningún cambio significativo, tal vez un aumento de sueldo, o como mucho un hijo, pero nada que suponga un cambio de personalidad. Pero cuando hablamos de fama, de dinero y de poder, la vida y personalidad de una persona puede cambiar del día a la noche, puedes estar drogándote una noche y morir de sobredosis a la mañana siguiente.
Parece ser que en el grupo había cierto gusto por las drogas, para Hugo, la fama le había resultado como el dorado o el séptimo cielo. Hasta ahora se abstenía por ley, o por falta de dinero, o por ambas, pero ahora que nadie le vigilaba, que era una estrella y que hacía lo que quería, perdía el control constantemente.
Rara era la noche en la que no estaba con una chica distinta, borracho y puesto de heroína… faltaba a los ensayos con frecuencia, y cuando no lo hacía solía aparecer con una mujer bajo el brazo, sonriendo y apenas pudiendo tenerse en pie. Y la peor noticia para Josu, es que ese tío pasaba una cantidad de tiempo considerable con Tania, una cantidad de tiempo que él no le podía dar.
Las disputas internas no tardaron en aparecer, porque no todos estaban en contra de Hugo, el afable Félix también había sucumbido a los encantos de la droga, en su caso, el alcohol, droga que por cierto César llevaba tiempo sin probar ni gota, al ver las desgracias de sus compañeros, sobre todo su comportamiento.
El Butifarra, Josué y César eran los únicos que llevaban el grupo, manteniéndolo a flote a duras penas y aun así, a pesar de todo, su actuación en los grandes festivales de rock alemanes consiguieron quedar en muy buena posición y hacer un gran concierto, pero resultaba muy duro sonreír a la gente cuando las cosas iban tan sumamente mal.
Tras una agotadora gira por todo el país, ahora debían plantearse una gira a nivel mundial, algo que oficialmente les designó como un grupo de rock de los importantes, definitivamente “The Street Angels” sonaba en boca de todos y ya vendía discos por todos los países, así que era necesario hacer esa gira para promocionarse ante los fans extranjeros y que siguiesen comprando discos.
Pero lejos de la imagen de unión que se representaba en los conciertos, el grupo estaba cada vez más y más distante, incluso en muchas ocasiones, ellos llegaron a verse a si mismos como extraños, cuando habían llegado a considerarse una familia.
Cuando la gira por fin hubo acabado, El Butifarra tenía pensado hacer una reunión de grupo. Sólo Josué, César y el mismo Butifarra acudieron a ella.
A los tres les dolió reconocerlo, pero esto no podía seguir así.
Decidieron tomarse un pequeño descanso para olvidarse del arduo trabajo que suponía el grupo. Luego ya tendrían tiempo para tomar la decisión que tuviesen que tomar, pero tanto Hugo como Félix necesitaban un correctivo.
Josué por fin volvió a casa dispuesto a darle todo su tiempo de respiro musical a su novia. La relación sentimental de la pareja se estaba desmoronando como una pirámide de naipes mal formada por culpa del sacrificio que Josué se había visto obligado a hacer por el grupo. Tania era cada vez más esquiva con él, a veces ni siquiera le miraba al llegar a casa, por no decir que ni siquiera le esperaba la mayoría de las ocasiones, lo cual preocupaba a Josué, sobre todo porque sabía que mientras él no estaba, pasaba mucho rato con Hugo.
Y cuando atravesó el umbral de la habitación de su hogar, sus temores quedaron confirmaros. Tal y como pensaba, Tania se acostaba con Hugo.
-¿Qué demonios signifca esto?-Vociferó mientras estampaba violentamente el primer objeto que se le vino a la mano.
Al ver como la lámpara se hacía añicos, el rostro de Hugo empalideció como nunca antes lo había hecho, un chico que no conocía el miedo, que estaba acostumbrado a ser él el artífice del miedo, ahora estaba lleno de terror.
-¡Puedo explicártelo Josué!-Trató de tranquilizarlo Tania mientras Josué buscaba en su cajonera de forma desesperada.
El objeto que Josué buscaba era una pistola, la tenía asida por las manos apuntando con las manos temblorosas y el rostro lleno de lágrimas a la cara de su pálido amigo Hugo.
-¡Tranquilízate Josú, Tranquilízate!-Gritaba desesperadamente Hugo una y otra vez.-¡No hagas algo de lo que te puedas arrepentir!
Pero Josué quitó el seguro.
-Estoy harto de todos, de la música, de ti, del estúpido grupo y de mi estúpida novia, incluso de mí mismo.-Diciendo esto, apuntó con más firmeza.
-¡Sé que lo he hecho mal tío, soy un completó gilipollas!-Declaró Hugo entre sollozos de desesperación, aunque en parte también lloraba porque Josué tenía razón.-¡Lo siento tío, lo siento deberas, no dispares! ¡Así no solucionas nada!
Una parte de Josué trató de entenderle, de hacer caso de lo que decía, pero la otra parte, una muy cansada de tragar tanta mierda durante años, de soportar tanta traición, puesto que él en el fondo de su corazón ya lo sabía
Apretó el gatillo en tres ocasiones, una bala para la cabeza de Hugo, otra para la de Tania y finalmente, una para su propia cabeza.
La noticia del homicidio y suicidio de un miembro de “The Steet Angels” se divulgó como la pólvora disparando una bala de cañón y todo intento de volver a formar la banda resultaba casi imposible ahora que tenían dos miembros menos.
Tal vez hubiesen conseguido sustituir a uno, pero no a los dos. Desde que la noticia se dio a conocer, la venta de los discos se desplomó y “The Angel Steets” pasó a ser simplemente un mal recuerdo.
Tal vez alguien comprase sus discos dentro de muchos años y se recordarían como unos grandes músicos, pero hoy por hoy era el fin, y El Butifarra no tenía ganas de volver a unir la banda.
Después de eso, los miembros se escabulleron, ya no podían ni mirarse a la cara sin evitar sentirse culpables, de ver ese destello fulminante que se auto-compadecía y expresaba que podían haber hecho algo para evitarlo.
En consecuencia de ello, César volvió a la drogadicción con más hincapié que nunca. La noticia de su muerte por sobredosis se publicó en una columna de un periódico de segunda clase que anunció la noticia bajo el título de: “Muere miembro de una conocida banda de rock”, la columna era un minúsculo texto dentro de la sección de necrológica.
Félix leyó consternado esa historia, al fin y al cabo, era uno de sus mejores amigos, su consternación fue tal que le dejó impactado. El ejemplo de la muerte de sus amigos le hizo que dejase el mundo de las drogas, ya sólo quedaba él y El Butifarra, del cual no se sabia nada desde que se separaron.
Habían pasado nada más y nada menos que diez años de estos sucesos, Félix se desenganchó de las drogas durante dos de esos diez años. Al poco tiempo de su rehabilitación, consiguió convencer a su padre para que le diera nuevamente una oportunidad, desgraciadamente, su padre había muerto justo al poco de dejar las drogas, había dejado el mundo poco después de su esposa, que falleció unos meses antes. Por lo que indagó Félix, supo que estaban consternados por su adicción a las drogas, y aquel conocimiento le hizo sentirse terriblemente culpable, porque era consciente de que sus padres habían abandonado el mundo con una profunda decepción que no había sido capaz de disolver antes de su muerte.
Mientras pasaba la pena de haber perdido a sus padres, conoció a una mujer con la que se casó y tres años más tarde tuvo un niño. También habló con el nuevo director de la discográfica de la que antiguamente era dueño su padre, inesperadamente para él, el director le confesó que su padre le encomendó que si su hijo volvía a la discográfica hiciese por él todo lo que estuviera en su mano. Gracias a ello, Félix recuperó su antiguo trabajo.
Ya en la actualidad, su hijo tenía 5 años y recientemente había tenido una hermana que había nacido hace cuatro meses. Después de todas las penurias pasadas con el grupo, después de enfrentarse a las drogas y afrontar las terribles muertes de sus compañeros, después de todo eso, consiguió ser feliz, como hasta ahora nunca lo había sido.
Félix marchó de viaje con su familia. El vivía en España con ellos, y se marcharon a Portugal, a ver la ciudad de Lisboa.
Viajaban en un espacioso coche familiar, atravesando la autopista con una constante velocidad alta pero segura.
Una furgoneta que iba a toda velocidad les adelantó y se chocó con un coche que pasaba justo delante.
El coche de Félix cayó dando varias vueltas de campana por la fuerza de ambos coches que se le echaron encima.
Félix y su familia murieron a causa del accidente, ¿Pero a que no saben quién viajaba en la furgoneta que propició su mortal accidente?
El dueño de la furgoneta era nada más y nada menos que El Butifarra, el cual había conseguido reunir una nueva banda y se dirigía rápidamente por la autopista para firma un contrato discográfico con ellos.
Nadie sabe porque El Butifarra siguió persiguiendo el sueño de estar en una banda, y mucho menos después de todo lo que ocurrió con “The Street Angels”, lo único que podemos saber de esta historia es, que el pasado siempre te persigue y que finalmente te acaba encontrando.

lunes, 17 de enero de 2011

La Doncella de la capa Negra

Buenas antes de comenzar quiero deciros que la segunda entrada de Dark Chronicles se va a retrasar un poquito por falta de tiempo, sorry u.u, pero supongo que esta semana ya podré subirla sin problemas, o al menos eso espero.


La Doncella De La Capa Negra

Todo hombre y mujer, cualquier ser vivo de este planeta tiene conocimiento de ese sentimiento, ese estado de la vida que supone el fin de la misma, la llamada "muerte".

Todo principio tiene un final, y un final supone en muchas ocasiones un nuevo comienzo, pero para seros francos, cada vez que pienso en la doncella descendiendo con su negra capa ciñendo su guadaña no puedo evitar estremecerme del miedo.

Me pregunto, y no dejo de cuestionarme ¿Qué pasará cuando esa guadaña definitivamente caiga sobre mí y corte mi hilo de vida?

¿Me reencarnaré?, ¿Irá mi alma al cielo, o al caso al inferno?, ¿O Simplemente soy una complicada evolución de reacciones químicas inexplicables que de alguna manera ha desembocado en mí y la muerte no es otra cosa que otra de esas reacciones más y por lo tanto no significa nada?

Me da miedo pensarlo, me da miedo saber que dejaré de existir, que dejaré de ser yo... porque de alguna forma he conseguido ser feliz, de alguna forma le he cogido cariño a este "estado químico" que entendemos como "Vida".

¿Pero qué es la vida?, es como si tratásemos de explicar que es la muerte, simplemente no tiene explicación...

Sólo sabemos una cosa en esta vida y es, que no puede existir la vida sin la muerte, ni la muerte sin la vida. Pero no por ello desaparece el miedo que atenaza tan fuerte mi corazón, es difícil de explicar, pero digamos que no quiero dejar de er quién soy, no quiero perder lo que tengo, no quiero morir, me niego...

Y por eso tengo tanto miedo, porque sé que es inevitable, pero aún así me palpita el corazón a cien por hora cuando lo pienso, aún así embota mis sentidos y apaga mis pensamientos, no sé porque pero es algo que últimamente no puedo dejar de lado...

Tal vez sea una actitud egoísta la que tengo, el querer quedarme para siempre, querer que el tiempo se detenga en estos momentos felices, ¿Pero es que al caso no lo desean también los demás?

Si de verdad existiera un Dios y nos dejase ver que es lo que pasa al tener una vida eterna tal vez desearíamos la muerte al ver que desaparecen nuestros seres queridos y nosotros seguimos ahí... Pero aún con todo eso me da pavor, sé que no debería preocuparme tanto por ello, vivir la vida y ya está, pero me gustaría tener una respuesta como tantos otros han buscado antes y han fracasado, y estoy seguro de que yo también fracasaría de intentarlo de que sentido tiene todo esto y que será de mí cuando todo acabe...

No dejo de pensar que todo esto tiene que tener algún significado, o al menos es lo que me gusta creer, hay demasiadas cosas en el mundo que nadie puede explicar y pasan sin más, ¿Milagros?, ¿Actuación divina?, ¿Mera coincidencia?... Sea lo que sea algo me hace pensar que realmente puede haber algo, aunque no sé que es...

Sé que no es el Dios tal y como lo describen en las distintas religiones de los hombres, pero todo lo que hay en el mundo, en el universo... no sé... Es difícil creer que todo sea una coincidencia, me cuesta creer que la vida y la muerte sean una coincidencia...

Así pues, dejo aquí mis pensamientos y sigo atormentándome en ocasiones con estas reflexiones, mas intentaré como decían los antiguos "Carpe Diem", disfruta del momento... aunque creo que los hombres tendemos a decir estas palabras tan sólo para olvidarnos de nuestros propios miedos hacia esta entidad llamada "muerte".

Pero como ya he dicho también, es demasiado para la comprensión humana, haré todo lo posible por dejar de pensar en ello...

Escrito por: Aitor González Domjingo Andrés

sábado, 8 de enero de 2011

Dark Chronicles I

LA HABITACIÓN SUSURRANTE

El callejón era oscuro y estrecho, dos figuras salieron precipitadamente de él con una amplia sonrisa en su rostro y energía jovial.

Aquel día estrenaban la gran parodia reconocida alabada por todo el mundo, la sensacional The Movie, una perpetrada e ingeniosa sátira del mundo del cine que, paradójicamente, también era otro filme.

Tal y como aseguraban, era una película de humor digna de un genio de la más alta estirpe, una concienzuda y perfecta combinación de todos los tipos de humor fusionados que ridiculizaban, y en cierta manera también engrandecían, ese mundo tan turbado que es el del cine.

Cuando Henry salió del cine sonriente cogido de la mano de su amante, hasta ese callejón oscuro y profundo como la boca de un animal salvaje, se aparentaba como un florido campo de amapolas blancuzcas y rosas de un rojo intenso y deslumbrante.

Ella ciertamente era hermosa, su pelo liso y dorado de tacto suave y firme, una sonrisa que mostraba una fila de destelleantes perlas blancas perfectamente bien colocadas. Un cuerpo esbelto repleto de suculentas y sensuales curvas y unos ojos azules claro, en los que prácticamente uno diría que es capaz de reflejarse.

Su nombre era Rose, a Henry siempre le pareció que simbolizaba la belleza de la rosa e incluso la superaba.

Henry era un hombre de piel morena, alto y ligeramente corpulento aunque delgado, disfrutaba de la figura de un atleta. Su pelo era negro y brillante como el azabache, ligeramente rizado, marcaba unos tirabuzones casi perfectos y tenía los ojos de un marrón oscuro e intenso.

Ambos entrelazaban sus manos, y tras salir del cine juntaron sus labios en un húmedo y apasionado beso.

-¿Sabes Henry?-Dijo Rose dulcemente mientras se marcaba un embaucador baile imaginario.-Me gustaría ser actriz, ¿Crees que tengo madera para ello?-Terminó con una cálida sonrisa.

-Estoy seguro de que serías la mejor actriz, al menos si eres la mejor amante.

Henry siguió distraído el baile imaginario de su querida Rose, aquella noche cuando llegase a casa, tenía pensado pedirle el matrimonio. Lo más seguro es que ella accediese, después harían el amor hasta el amanecer.

Sin embargo y de forma repentina, la sonrisa de Rose se borró y cayó fulminada al suelo, una bala atravesó su pecho. Henry trató de alcanzar a Rose para atender sus heridas, pero los muros del callejón se estrecharon y no le dejaban paso.

Estiró su brazo en un vano intento de alcanzar el cuerpo todavía con vida de Rose, pero su vista estaba cada vez más borrosa, y sus pulmones habían cesado de dar aire y el corazón de bombear la sangre, justo antes de caer desplomado el también comprobó que fue disparado.

Henry se levantó de la cama con el corazón a punto de salirse del pecho, entonces recordó todo.

Recordó como Rose murió asesinada por un vulgar ladrón que la disparo al pecho, y que el recibió un disparo cerca de pulmón por intentar ayudarle y se quedó sin aire, unos días después pudo volver a casa, pero Henry ya no es lo que era.

Se miro perplejo en el espejo del cuarto de baño de su piso minúsculo y desordenado. Hacía meses que no limpiaba, y tanto las estanterías como los libros estaban desperdigados por las habitaciones.

Al mirarse en el espejo él no era capaz de ver nada, aunque lo que en realidad se reflejaba era la imagen de un hombre cansado y desnutrido, de una mirada tan desoladora que parecía no tener alma. En el rostro de Henry ahora se anunciaban unas prominentes ojeras y un rostro chupado y demacrado por la falta de comida y luz. Su apariencia atlética había sido sustituida por una apariencia esquelética.

Henry trató de olvidar, pero no podía. Había hecho varios intentos por irse de la casa que tanto le recordaba a Rose, de veras que lo intentaba, pero una misteriosa fuerza le empujaba a quedarse y auto destruirse. Henry no era capaz de salir. En realidad el tenía pavor de volver a salir, encontrarse accidentalmente con aquel callejón y echarse a llorar, tenía miedo de que Rose le recriminase de no hacer nada en esa ocasión, de ser un cobarde, ni siquiera había pensado en vengar su muerte, no, se había quedado en casa como un niño pequeño que tiene demasiado miedo del mundo exterior.

Al principio sólo fueron días, luego semanas... En alguna ocasión llamaron a su piso para comprobar si seguía viviendo ahí, Henry contestó, pero aún así nadie abría la puerta.

Su hogar parecía cada vez más ser la completa imagen de definición de la palabra "caos".
Cada Día que pasaba incrementaba el desorden y la oscuridad parecía apresarle más y esto es, sin duda, lo más desconcertante de todo. La mayoría de las veces Henry no provocaba aquel caos, tal vez fuese el insomnio el que le jugaba una mala pasada, o tal vez realmente había algo más a parte de él...

Cada vez Henry estaba más desquiciado, miró a la calle. Enfrente había un bar bastante popular en ese distrito conocido como "La Comadreja", un edificio de empresa con varios carteles de anuncios de otras empresas patrocinadoras y algún que otro negocio de importancia, por lo que era una calle bastante transitada. No obstante, se sorprendió cuando al mirar por la ventana no había ni un alma en plena mañana de un lunes laboral a la hora punta.

Por alguna razón, Henry comenzó a pensar que había pasado con su trabajo, aunque a duras penas conseguía recordar quién era él y porque permanecía cautivo en su propio hogar. Su mente había perdido toda cordura, no conseguía recordar nada, ni ya oía llamar a nadie a su puerta para ver si había señales de vida. Una vez sonó el teléfono, pero detrás de el auricular sólo se distinguía un extraño rugido fantasmal que parecía pedir socorro... aquella voz le recordaba en parte a si mismo, pero también a otra querida persona...

Eso es, se había olvidado de todo menos de Rose, su dulce y amada Rose, pero ya era demasiado tarde.

Por fin reparó en que se había dejado engullir por la oscuridad, Henry sabía que moriría en su piso, en aquella dimensión extraña que parecía ser su piso, si no le mataba el hambre o la sed, lo haría el mismo espíritu maligno que le había encerrado allí.

Aquella misma noche, Henry volvió a soñar con la muerte de su mujer, cada noche se repetía el mismo sueño, aunque también cada noche se volvía mas distorsionado que el anterior.

En el sueño, su mujer tenía la cara demacrada como un zombie, su sonrisa era diabólica y tenía los ojos rojos.

Cuando le dijo que soñaba con ser actriz, su voz resultó ser un siniestro gruñido que parecía en cierta manera triunfal. En aquel instante, Henry se acordó de la voz que sonó en el teléfono, era la misma. Entonces supo que todo este tiempo era un demonio el que se había estado burlando de él, el mismo que le impulsaba miedo a salir de casa, el mismo que le empujaba quedarse dentro y dejarse consumir.

Cuando todo parecía perdido apareció una voz dulce, fue justo en el momento del sueño en el que Rose caía desplomada, normalmente Henry habría corrido tras su amada para salvarla, pero esta vez se sintió tentado de seguir a la voz. Cuando lo hizo, esta vez no se estrecharon los callejones, ni se quedó sin aire. Durante un instante sintió paz, verdadera paz, algo que parecía hacia siglos que no tenía, deseo quedarse allí toda la eternidad.

-Henry, debes salir de aquí cuanto antes.-Le suplicó la voz.

-¿Quién eres?.-Preguntó Henry desesperado.-¿Qué quieres?

-¿Es que no puedes recordarme?

La voz le era sumamente familiar, pero era incapaz de reconocer de quién era.

-Soy Rose, tu Rose, Henry.

Por poco a Henry le da un vuelco en el corazón, ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

-Rose, creo que me estoy volviendo loco... ¡Tienes que ayudarme!.-Suplicó entre sollozos tratando de palpar la humareda de vapor que simulaba la figura de Rose, aunque obviamente, resultó imposible.

-Henry, no hagas caso de lo que te digan las fuerzas oscuras, ¡Es tan fácil como cruzar la puerta Henry!, sólo tienes que creerlo, creer que puedes pasar.

-¿De verdad qué es tan fácil?.-Masculló dubitativo.

-Seguro que podrás.

El humo de la silueta de Rose se evaporó lentamente dejando una despedida con el ritmo del viento.

-¡Rose!, ¡Rose!, ¡Rose!-Gritó Henry una y otra vez, pero Rose jamás volvería.

Definitivamente despertó con la seguridad de que todo había sido un largo y tendido sueño.

Sólo basto una mirada alrededor para comprobar una masa negra y viscosa que inundaba el cuarto, Henry no pudo evitar pegar un grito con su sobresalto.

Henry fue médico especialista del pulmón, por lo que no pudo evitar comparar la masa negra con los pulmones de un fumado empedernido. Dio sus primeros pasos medidos con la precisión de un cirujano, pues ahora el suelo tenía el vigor de un ser vivo, se estremecía a cada paso que Henry daba, por si acaso, él no miró al suelo.

Tenía un objetivo claro, llegar a la puerta que conducía a la calle, esta vez saldría sin demora, aunque antes debía derrotar a la puerta de su cuarto.

Al igual que el resto de la habitación, parecía haber cobrado vida. Henry se armó de valor, o rompía esa puerta o se quedaba rodeado de una masa viscosa de por vida. Le pareció preferible la primera opción, la oferta de quedarse en un pozo negro no le entusiasmaba demasiado.

Corrió y derrumbó la puerta, tal y como se esperaba, esta lanzó un desesperado chillido al caer.
Los demás muebles parecían observarle con inquietud, puede que él estuviese decidido a salir, pero su casa no estaba por la labor.

Esquivo cuidadosamente los muebles y los libros y papelajos tirados por el suelo, vigilando que ni siquiera le rozasen.

En un último impulso, cogió toda la fuerza que le fue posible y avanzó hasta la puerta, una fuerza trató de detenerle. Henry hizo lo que Rose le dijo, creer con todas sus fuerzas que saldría de allí.

Y por fin consiguió lo imposible, atravesó la puerta y salió del piso... pero eso no era su piso...

-¡¿Qué demonios pasa aquí!?-Preguntó enojado.-¿Por qué no estoy en la calle?

-Te estaba esperando Henry, ya era hora de que llegases.

Henry no podía salir de su incredulidad, era Rose, estaba allí, tan dulce y tan hermosa como siempre, casi se le saltan las lágrimas de alegría, aunque si estaba allí sólo podía significar una cosa...

-¿Estamos...?

-¿Muertos?-Completó Rose.-Mucho me temo que sí.

Henry tardó unos segundos en asimilarlo... pero él no había muerto, su herida no era mortal, regresó a casa, ¿Que hacía él allí?

-¿Qué fue lo que pasó?

-Me morí Henry, como bien tu sabes.-Henry puso un gesto de impaciencia, eso ya lo sabía.-El ladrón también te disparó a ti, pero la herida no fue mortal. Te curaron y regresaste a casa, pero...

-¿Qué, que fue lo que paso?-Los nervios invadieron a Henry, Rose le abrazó para consolarlo, cuando su ataque de nervios cesó, siguió.

-No soportabas vivir sin mí, tenías miedo de salir de casa y que te volviese a pasar lo mismo, dejaste de comer y de beber, pusiste la casa patas arriba, hasta que finalmente te suicidaste en tu cuarto. Fuiste incapaz de reconocer mi muerte, pero eso no fue lo que retuvo hacia el otro mundo.

-¿Y qué fue?.-Preguntó Henry Desconcertado.

-Que no pudiste aceptar tu propia muerte Henry, a pesar de que te habías suicidado seguiste pensando en mí y deseaste seguir vivo para buscar una explicación de mi muerte, pero tu ya estabas muerto, por eso había una parte de ti que no te dejaba salir de tu piso. Era dónde habías muerto y un espíritu que niega su muerte es incapaz de moverse del lugar donde ha muerto.

Henry se sintió decepcionado... así que al final sólo fue eso... ni siquiera después de la muerte fue capaz de superar la tragedia de Rose y por eso se quedó... quería buscar una solución cuando lo único que deseaba era reunirse con su amada.

Rose sólo se limitó a sonreír y comenzó a bailar nuevamente, Henry fue capaz de sonreír...
a pesar de todo se había reunido con su amada, por fin podría descansar en paz.

viernes, 7 de enero de 2011

Sobre Dark Chronicles

Hola, pues veréis se me ha ocurrido una idea, ya sé que no es muy original ni nada de eso, pero es algo que me apetece hacer.

-¿Qué es Dark Chronicles?

Se tratan de pequeñas historietas en plan necrológicas, historias macabras sobre un mundo macabro.

Su temática es oscura, aunque trata mucho tipo de sucesos, como la tragedia, el suspense, policíaca...

Incluso la rama abstracta de este género, fantasmas, vampiros, zombies, hombres lobo...

Pues bueno mi primera aportación la haré antes de que acabe la semana, y de vez en cuando como no, también contaré mis opiniones y tal ^_^

saludo navegantes.

jueves, 6 de enero de 2011

El Espectro Olvidado

No hay luces sin sombras ni luces sin colores, no hay oscuridad eterna ni tampoco divina claridad.

No existe el miedo, o más bien carece de sentido. Ha sido olvidado, repudiado por el destino, aunque su amarga presencia inunda mi estómago de vez en cuando, en esos momentos en los que me pregunto que será de mí después de la muerte... Siento estremecer mi piel al sólo pensar que algún día esa luz se extinguirá.

Pero no hay luces sin sombras ni luces sin colores, ni colores sin luces, no hay oscuridad eterna ni tampoco luz, sólo incertidumbre... El único ente supremo que conozco, la duda, el no saber...

Afortunadamente parece que ha ocurrido algo, algo que me evita pensar continuamente en aquellas cosas que tanto temo.

Solía pensar que era imposible que una persona lograse ahuyentar tus miedos, pero a veces lo que parece imposible se hace posible ¿Verdad?, incluso parece tener sentido.

Es una persona a la que he podido decir sin duda alguna que es auténtica, una persona que le gusta mi brutal sinceridad, y que comprende algo de la enmarañada red que es mi mente.

Lo más gracioso es, que es una persona a la que prácticamente acabo de conocer... de nuevo lo imposible se hace posible, ¿Cómo iba a imaginar que una persona normal me comprendiese tan fácilmente? Pues así ha ocurrido.

No existen explicaciones, ni razones, simplemente es así. Pienso en esa persona, y cuando hablo con ella siento que todas mis preocupaciones estúpidas se desvanecen, aunque sigo viéndolo todo demasiado complejo, ahora ya no me asaltan tanto las dudas...

Parece que se ha roto una regla, con esa persona no existe incertidumbre y esperemos que siempre sea así.

Aunque no ha sido la única persona que ha contribuido a este destierro de la incertidumbre, he de mencionar otros nombres importantes que han inundado de luz mi mundo de sombras:

Eser, tú eres uno de los que más ha hecho por mí en este año que fue el 2010, y me has ayudado incluso cuando los demás me daban la espalda, nunca podré agradecértelo lo suficiente, porque tú siempre estás ahí.

Diablo es otro que siempre me ha dado un brazo cuando sólo pedía la mano... siempre me hace reír y esforzarme más. A su manera él es sabio, y muy listo y sabe escuchar lo que tienes que decir.

Jorge, mi capitán de soft y estimado amigo, un tío con el que siempre me hecho unas buenas risas, eres todo un ejemplo de superación, y verte a ti hace que yo también desee esforzarme más, ojalá pueda hacerlo tan bien como tú.

Adri, nos vemos poco, pero al igual que Jorge contigo siempre me río, y eres todo un ejemplo de esfuerzo y determinación, no cambies nunca tío, eres la leche.

Psy, contigo he tenido mis más y mis menos, pero tus comentarios siempre me hacen reflexionar, y gracias a ti he aprendido muchas cosas. No son esas cosas que se aprenden así porque sí, son cosas de la vida diaria, tú también me has ayudado con tus comentarios en mi blog, a replantearme cosas, eres una de las tías más sabias que conozco, sigue así.

Fer, El guitarrista de mi grupo, un tío carismático sin duda... tiene muchas tontadas, pero es un tío cojonudo y siempre te lo pasas bien con él, también he tenido mis roces, pero igualmente, también me anima a ser mejor conmigo mismo.

Untitled Metal: Gracias a los tíos de mi banda, me lo paso genial cantando con vosotros, sé que algún día seremos muy grandes.

Gracias a los lectores de mi blog, que se esfuerzan por entenderme y se interesan por mí, de ellos también aprendo muchísimo.

Y por último, gracias a esa persona que hace que me sienta a gusto, con la que realmente puedo ser yo mismo sin miedo a nada, con la que no tengo porque encerrarme, con la que puedo reír y llorar con risas y lágrimas de verdad sin miedo a ser reprochado.

Sois todos geniales, espero que sigáis en el blog, sé que no escribo mucho, pero aquí seguiré al pie del cañón, por vosotros, por mí.