Valentín y la apoteosis del llamado amor

Hoy es día 14 de febrero, fiebre de san Valentín, un jodido santo que en su jodida gracia nos hizo consagrar este día como el de los enamorados, la risa total.

Regálale algo al solplapollas de tu novio, seduce a la zorra de tu novia. Cómprale una rosa que simbolice tu amor y una caja de bombones para que luego tenga que bajar esos kilos demás con un buen bol de All Brahm.

Y la gente, en su infinita estupidez, caen presas de esta llamada, un día creado para gloria perpetua de centros comerciales y floristerías, que al menos que ya no se compran flores hoy en día, al menos que tengan un día en el que se sientan importantes.

Miedo me da cuando sale la típica parejita de turno a darse la manita y creerse su eterno amor porque el uno le ha regalado al otro un floripondio enjutado en un ramo repleto de flores de plástico y la otra una postal de un mono pelándose una banana, imagino en supuesta imagen de lo que le espera a él esa misma noche.

Y toda esta parafernalia para llenar los putrefactos bolsillos de las grandes marcas comerciales, que como se mueren de hambruna perruna y apenas tienen para llenar las insatisfechas barrigas de sus familiares, no les queda más remedio que hacer el típico timo al que inocentemente llaman san Valentín, le ponen un par de corazones mal dibujados por una niña de 3 años, y a eso le llaman el día de los enamorados. Yo a eso lo llamo el día de los bolsillos hacendados, repletos de demagogia.

¿De verdad creéis que hace falta tanta molestia para demostrar vuestro amor a vuestra pareja? En los tiempos de Mari Castaña, la gente se demostraba el amor luchando por la persona que amaban y si lo pensamos fríamente, hasta ahora el amor estaba bastante cohibido.

Ahora que la gente vive fácil, va a lo fácil también, ejercen la ley del mínimo esfuerzo y con tal de no hacer no hacen ni tan siquiera una miserable carta, ni la llevan a ver un lugar bonito, se van al centro comercial de marras, le compran una tarjetita, un par de zapatos y un vestido chanel para la novia coqueta y un chándal deportivo para el novio futbolero, un bonito coito de consolidación nocturno y como si no hubiera pasado nada. Vamos, algo que uno no haga un día normal de su vida ¿no?

¿Y qué ha pasado con ese toque que hacía especial el día?, cuando los novios eran novios, las novias,novias y para gracia de Dios no existía ese monstruo moderno llamado centro comercial.

Esto no es más que un vulgar reflejo más del yugo vago y decadente en el que cae la sociedad, y es una lástima... de tener novia yo me esforzaría por demostrarla que la quiero, al menos la escribiría algo, la prepararía una cena romántica y la llevaría de viaje, aunque fuese a la vuelta de la esquina con los gitanos de mi barrio. Aunque sea una mierda ya muy vista, al menos es una mierda "currada" y una jodida postal del "Carrefur" y unos zapatos de Zara y el vestidito de Channel.

Me llamaréis antiguo y taimado, para la vanagloriada y pragmática gente de la ley del mínimo esfuerzo seré un tirano a lo Hitler, otros dirán que eso esta pasado de moda. Pues yo os digo hipócritas amigos, que mil veces prefiero estar pudriéndome solo como lo estoy ahora, a estar con una zorra resentida que solo me quiere porque le lleno su bolso de Tucci; aunque ya no las haya, prefiero a una mujer que valore mis cartas imperfectas, mis flores medio marchitas cogidas a mano en los campos de al lado de mi barrio y unos bombones derretidos y sobre cargados de cacao producidos por mi mano incompetente. Pero si ya no hay ese tipo de mujer y solo he de morir, pues solo moriré.