jueves, 26 de agosto de 2010

Desmadre

Noches serenas que dormitan intranquilas bajo la intensa luz de la contaminación de las ciudades son las que acogen normalmente en estos tiempos actuales y cobijan a las personas. Ante esta imagen tan normal, las sombras hacechan impacientes detrás de las personas, sedientas a la espera del más mínimo error para proagar su mal.

Muchas veces todo empieza con alcohol, unos jóvenes con ganas de pasarlo bien abusan del poder de esta droga depersora, que aunque parezca la más inocente y sana con frecuencia se torna en la más peligrosa. Incautos ante su peligro, sus efectos se disparan desatando así el lado más oscuro de cada persona, las sombras de su corazón lo dominan, todo se oscurece y empieza a carecer de sentido.

Muchas veces he tratado de comprender este efecto, el porque la gente saca de  sí mismo una parte de sí misma de la que ni siquieran son conscientes, daod a mí que también me he dejado embelesar por la atracción de júbilo desenfrenado que ofrece el alcohol, nunca se me han dominado las sombras de mi corazón, o tal vez sea porque bebo con cierta precaución... no lo sé...

Pero cuando miro a mis lados siento que nada tiene sentido, veo a la gente dándose besos apasionados como si tal cosa, o directamente buscando una relación sexual, tratas de comprender porque gente que no se conoce de casi nada se enrrollan unos con otros, incluso empiezas a sentir la sensación de hacer tu lo mismo, preguntándote que tendrá de seductor liarse con alguien que no conoces, porque todos se dejan embaucar por esas sombras...

Pero cuando reflexiono sé que puedo liarme con alguien, de hecho a veces me he dejado llevar por la oscuridad exclamando para mi mente que todo se había ido al diablo, que tenía que entender porque demonios la gente hace esas cosas y una vez lo hice no sentí nada, me dí cuenta de que un beso sólo es realmente valioso si se lo das a alguien que te importa, descubrí que las sombras sólo te hacen creer que aquello es correcto, tal vez para algunos lo sean, pero para mí no. No le veo el significado a todo eso, tal vez sea porque haya madurado o ellos no, o simplemente lo vea con un distinito punto de vista, pero una cosa tengo clara, por mucho que me esfuerce en entenderlo jamás llegaré a comprenderlo.

Todo lo que veo es a mis amigos haciéndose daños los unos a los otros, por perseguir constatemente las sombras de su corazón, veo sangre sudor y lágrimas y gente buena sufriendo por el egoísmo de las personas, que muchas veces más que egoístas, son pobres personajillos indefensos y necesitados, que se sienten incomprendidos y se dejan llevar por su lado interior y realmente cometen actos que al principio los ven con loables, dignos de buena fe y según va pasando el tiempo siguen pensando que es correcto y en el fondo de su corazón saben que lo que han hecho están mal. Se dejan dominar tanto por las sombras de su corazón que cuando beben alcohol es su lado bueno el que llora, consciente del mal que ha hecho. Con el tiempo acaban sabiendo que actuaron mal, pero ya es tarde para cambiar y ante eso no puedes hacer nada, porque por mucho que intentes alejarles ellos no te escuchan hasta que otra vez, el tiempo les demuestra su error y también se hace tarde para disculparse con aquellos que en su momento te ofrecieron su ayuda.

Si os sentís identificados con las cosas que os estoy diciendo, tened más cuidado, beber es divertido pero sólo hasta cierto punto, porque luego haréis muchas cosas de las que os arrepentiréis y cuando qeráis cambiarlo tal vez sea demasiado tarde.

Por mi parte, estoy harto de hablar con la gente y que no me escuche, pero aún así lo intento porque si no, no podría sentirme agusto conmigo mismo, ojalá la gente sólo fuera capaz de escuchar, dado que si un amigo te lo dice es porque le importa y no quiere perder tu lado de la luz y que lo sustituyas por las sombras de tu corazón. Lo más valioso después del amor es la amistad, cuidad de que vuestros amigos no pierdan la luz que les hace ser tus amigos.

-En memoria de todos las buenas personas que se perdieron por culpa de sus sombras. Publicado por Aitor González Domingo Andrés.

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