viernes, 9 de septiembre de 2011

Dark Chronicles III

Dark Chronicles

III

Una noche de Relax

  Un mes casi sin saciar el apetito sexual, demasiado para Travis. Un hombre de cuerpo de gigoló, pelo rubio, ojos azules y musculoso. Alto, guapo... sólo le faltaba algo a su infalible fórmula y era, sencillamente, que tenía el cuerpo de hércules y la misma capacidad reflexiva de una piedra, pero ya se sabe, cuando se va a ligar a una disco no hace falta presentar una licenciatura de Hardvard precisamente, lo idóneo es tener un bronceado cuerpo musculoso, mostrar un poco de tu torso, y dejar que las más furcias vengan a por ti. Sin duda era eso lo que Travis tenía.

  Por lo general, Travis no solía durar con una chica más de una noche. Su especialidad era follárselas y olvidarse de ellas, no mantenerlas. Travis era esa clase de hombres que pensaba en las mujeres como un objeto para pasar un buen rato, algo de usar y tirar, no muy distintas a los condones o a los pañuelos. Tenían su función específica: Dar placer a los hombres como él, y aquella que no lo hacía, era simplemente una estúpida. Por lo general, las mujeres que se agenciaban veían a los hombres de la misma manera que él las veía a ellas, un simple pasatiempo para refrescar su ardiente fragua.

Aquella noche, Travis acudió a una nueva discoteca abierta en la ciudad, tenían la mejor música House del momento, temas actuales y DJ's de alta fama muy profesionales en su campo. Este tipo de discotecas de lujo no suelen estar al alcance de la mano de cualquiera, pero Travis no era un cualquiera. Un gilipollas de su nivel se podía permitir a ese tipo de eventos gracias a ser un niño mimado de una familia rica. Su padre era un empresario de renombre, dueño de la industria tecnológica más importante del momento. Un sólo dolar en bolsa invertido en su empresa solía suponer una bañera repleta de dólares como resultado. Y su madre no se quedaba atrás, era una diseñadora de marca. Ella había sido la mano encargada de tejer algunos de algunos de los modelos para Noire en pasarelas tan importantes como la Cibeles o la de Berlín.

  En cuanto a Travis... desde luego no había salido a los padres y, como nunca pudo ser un as en en los estudios, que abandonó incluso antes de la secundaria, gracias a su aspecto trabajaba de modelo masculino para algunas firmas, incluso en alguna ocasión ayudó a su madre en algunos de sus proyectos de ropa de hombre, siendo él la imagen de la marca. Además, también se ganaba algún dinero como fisiocultirísta, gracias a sus intensivas horas de gimnasio y hormonas. No tenía problema para vivir como un playboy y como el niño mimado que era. Un reflejo más lo injusto que es el mundo algunas veces, de como alguien que no ha dado un palo al agua ganaba millones sólo por tener un cuerpazo. Y era por eso por lo que ligaba, por lo que cada noche prácticamente, había una nueva y sensual mujer en su cama y no por otra cosa. Nunca tendría una relación estable, ni falta que le hacía. Algo que nadie sabía, Travis se dedicaba en secreto al mundo del porno también, al fin y al cabo, eso también le servía para mojar el churro y además le pagaban por ello una importante suma que podría gastarse en drogas, coches lujosos y demás despilfarros inútiles.

  Travis, que seguía su estrategia de todas las noches, de esperar sencillamente a que una mujer se acercarse a él, estaba sentado precisamente a la espera. Luego, como era costumbre, la invitaría a tomarse una copa, a reír sus chistes y hacerle preguntas de las cuáles, bien poco le importaba la respuesta, pero necesarias para llevar a cabo su conquista con mayor rapidez. A pesar de que era una de las personas más desagradables que se podía llegar a conocer, y ser más tonto que una piedra, en estas cosas se mostraba muy astuto, quizá lo único en lo que era astuto.

  Su táctica no tardó en dar resultado. Una sensual mujer encajada a un vestido o un vestido encajado a una mujer, depende de como se viese, se acercó de forma precipitada, con unos andares poco gráciles, pero la pájara estaba buena, muy buena. Pelo moreno y rizado, con bellos bucles que parecían infinitos, dulce y suave aroma que resultaba un tanto afrodisíaco, unas piernas de infarto movidas con poca elegancia debido a la torpeza de la mujer con los tacones, gran escote, relucientes y excitantes ojos verdes que parecían hablar por sí solos y gritar "fóllame", sonrisa de dientes perfectos que relucían como diamantes resguardados por unos labios teñidos de pintalabios color carmesí.

  -¿Te apetece divertirte un rato, guapo? -Dijo directamente. Travis agarró de inmediato su cintura y dijo:

  -¡Claro que sí! -Dicho el comentario palmeó con firmeza el trasero.

  Llegaron a un Motel de mala muerte, por alguna razón, a Travis le excitaba la idea de tirarse a sus ligues en un lugar sucio, deprimente y lleno de cucarachas. A las tías muchas veces les daba igual con tal de enfriarse su horno o con tal de que se les diese una pequeña suma o se les comprase un regalo. Qué fáciles son las mujeres. Esta, en cambio, no puso ninguna pega. Tanto mejor.

  Ambos empezaron a besarse, la chica comenzó a sisear con la mano por el cuerpo de Travios, hasta encontrarse con su endurecido y fálico amigo.

  -¡Que polla tan grande tienes! -Exclamó impresionada.

  -Es para follarte mejor. -Añadió el hombre orgulloso.

  La mujer empleó sus habilidades lingüísticas en el pene de Travis, mientras él gemía y gemía. De pronto se detuvo súbitamente, algo no iba bien. Sintió un dolor agudo ahí abajo, casi insoportable. Travis lanzó un espantoso alarido de dolor, cayó al suelo. La mujer devoró encima suya, con gran satisfacción, el miembro arrancado, como si se tratase de una salchicha.

  -¿Qué porque la tienes tan grande!, ¡Para que me llene mejor la tripa! -Dijo con una lasciva sonrisa.

  -¿Quién eres?

  -Aquella que se venga de la escoria como tú, que trata a las mujeres como si fuesen objetos, aquella que vaga la noche y vive bajo la penumbra, amante de las sombras. No soy nadie, y al mismo tiempo, soy todas aquellas mujeres de las que he abusado.

  -¡Yo no abusé! -Gimió Travis, esto provocó que la mujer le clavase sus afiladas uñas en el torso. -¡Ellas se acostaban conmigo porque ellas querían!

  -¡Oh, que mono! -Su risa sarcástica invadió toda la habitación. -¿De verdad te crees inocente?, ¿Tan ciego estabas? Ahora lo verás. -Posó la yema de sus dedos en la frente.

  En la cabeza de Travis vio como las mujeres que se creía ligar, que se acostaba con ellas por mutuo placer, en realidad habían sido violadas por él, y no sólo violadas... ahora que lo pensaba, nunca había vuelto a ver a ninguna, a pesar de que frecuentaba siempre los mismos sitios. Al principio le pareció lógico, ¿Quién se fija en una chica que no piensa volver a tirarse? Era un auténtico carnicero, alguna parte de él trataba de hacérselo olvidar, por algún motivo. Tal vez sentía algo de algún tipo de remordimiento interno, una especie de doble personalidad. Un asesino por un lado y un hombre normal, asustado por la presencia del asesino que intentaba huir de su presencia bloqueando recuerdos.

  La mujer le mató en una macabra danza que parecía no tener fin. Travis sufrió mucho, no entraremos en detalles en las horribles mutilaciones y torturas por las que pasó antes de morirse, la víctima deseaba la muerte a cada segundo con más intensidad y, cuando por fin le fue concedida, sintió una paz desconocida, iba a dejar aquél mundo sin sentido.

  La policía llegó liderada por el investigador mundialmente afamado, Lightning. Un chico superdotado que poseía unos poderes de intuición extraordinarios. Nada más llegar reconoció el caso. No era la primera vez que se topaba con ello.

  -Parece que "El justiciero" ha vuelto a las andadas.

  Con su habitual frialdad, comprobó meticulosamente toda la sala, equipado con guantes y equipo especializado para no dejar huellas ni dañar ninguna prueba, aunque de poco iba a servir, no encontrarían nada... al menos nada que pudiesen seguir. Con desgana se dirigió al resto del equipo de investigación que trataba en vano de encontrar alguna prueba.

  -No hay nada que hacer. -Dijo en un tono sombrío. -Lo que seguimos no es humano, esto no es de mi competencia. Que llamen a Trouble.

  -Si, señor. -Contestó un investigador al fondo.

  Un monstruo que impartía justicia, eso era algo que no se veía todos los días, en el fondo Lightning estaba de acuerdo con lo que aquella cosa hacía, ya que se había enterado de los asesinatos producidos por Travis, aunque había algo que no le convencía, y era matar. Había que reconocer, que nadie echaría de menos a un cabrón de la talla de Travis, pero matando no se demostraba ser mejor que aquellos a los que matas... es una cuestión moral.

  -Algún día te atraparé. -Y con esto dicho se cerró esta historia, nuevas historias vendrían muy pronto.

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