sábado, 4 de septiembre de 2010

Crecimiento

Ahora que me doy cuenta han cambiado muchas cosas, algunas están bien, otras no tanto.
Cuando era pequeño y fui creciendo atravesando la etapa de la niñez, todo el mundo se metía conmigo y me marginaban y yo solía pensar que era mejor que ellos, que algún día les demostraría que eran seres inferiores, ahora me doy cuenta de que pensaba así para no perder la cabeza y mantener una esperanza, aunque en el fondo de mi corazón les tenía envidia porque ellos eran aceptados y yo no.

Por ello me refugié en la esperanza de que yo era especial y que no había nadie mejor que yo, jamás podrían igualar mi intelecto.

Cuando por fin encontré a alguien resulta que sólo me usaba para aprovecharse de mí, decía ser mi amigo para sacarme dinero o hacer lo mismo que hacían todos los demás por la cara pero por la espalda. A la mínima de cambio no dudaba en dejarme tirado o en pasar de mí por una chica o algún otro tipo a los que seguramente les hacía lo mismo.

En aquel momento estaba solo y decidí que no podía confiar en los demás, al menos no tan fácilmente, no es que me haga la víctima, como alguna vez me han dicho, simplemente me protejo porque no quiero que nadie se aproveche de mí nunca más, después de haber pasado casi toda mi vida, desde que me alcanza la memoria hasta los 17 años aguantando insultos, vejaciones, rechazo y engaños... creo que cualquiera en mi lugar se comportaría como yo y no estaría dispuesto a confiar tan fácilmente en los demás.

Hace poco me preguntaron que porque era tan serio, y también es por eso, ya he aguantado bastantes bromas en mi vida, no me gustan las bromas, puedo soportarlas sí, pero sólo si son momentáneas y digamos que es un rato, pero no soporto que cuando llegue a un lugar como el skype a relajarme un poco y mantener una conversación amistosa, salgan siempre las mismas personas a hacer una broma de cada frase o palabra que digo...
Para ser francos, el humor que me gusta es el absurdo y el que no se mete con nadie, en el que simplemente se hacen estupideces, me puedo reír de todo, pero para todo hay un momento y no me gusta nada que me digan ríete cuando no tengo ganas de hacerlo, pero parece que hay personas que no son capaces de entender que no a todos nos gusta reírnos las 24 horas del día... todo tiene su momento.

Sé que tengo muchos defectos, que tal vez tenga muchas cosas que cambiar, pero a veces creo que precisamente la gente que te echa en cara tus defectos debe corregir primero los suyos, con lo que he aprendido a lo largo de mis solitarios años y conociendo cada día personas es a intentar comprender a los demás y tener una visión objetiva de las cosas, puede que a veces me equivoque, pero también aprendí a escuchar a los demás y a admitir mi error cuando me demuestran que estoy equivocado.

Ahora que sabéis esto de mí, espero que podáis comprenderme un poco mejor. Usualmente no hablo por hablar y si por ejemplo recomiendo que no estáis todo el rato de coña es por algo, recordad que no a todas las personas les tiene que gustar lo mismo que a vosotros y que no a todos les hará gracia vuestras coñas esas tan graciosas en las que os metéis con otros (aunque no sea con mala intención) porque por ejemplo a mi no me hace ni pizca de gracia, al no ser que os caiga mal o tengáis alguna maldita razón para meteros conmigo o con quién sea.

Yo respeto que los demás hagan lo que quieran, pero cuando están con alguien más y no sólo entre un colectivo X hay que controlar un poco ciertas acciones y las coñas son un ejemplo, no le puedes hacer coñas a alguien que acabas de conocer, al menos en las que te metas con él, por muy ben intencionado que sea puede que no le haga gracia. También puede ser incómodo que la gente esté todo el rato jiji jaja y no habléis de nada serio, porque si la persona es nueva, la mayoría de las coñas no las entenderá.

Esto es como cunado tienes novia y te la llevas con tus amigos, no te la puedes estar besando y magreando todo el puto rato, porque para eso tienes momentos íntimos, para las coñas y demás temas entre amigos, es exactamente lo mismo. Y no es que lo diga yo, lo he aprendido gracias a juntarme con tanta gente diferente y gracias a vosotros y a todo el mundo que me rodea, precisamente aprendí de vuestros defectos, igual que para ser lo que soy ahora tuve que aprender de los míos.

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