Fan Fic-Devil May Cry

En primer lugar, como llevo diciendo que estoy escribiendo algo interesante desde hace varias semanas y va a tardar bastante en estar los primeros capítulos, así que nada para que veáis que soy un chico comprometido y que va a salir escribiré fan fics como este para iros dejando los dientes largos. MUAJAJA!

LA LEYENDA DE SPARDA

(Una historia basada en el juego Devil May Cry)

NOTA: Para a los que no hayan jugado al DMC en su vida y no sepan ni que es, trata sobre un chico llamado Dante Sparda, hijo de un legendario demonio que cerró las puertas del inframundo. En el primer juego pudimos ver como derrotaba al mayor enemigo que jamás tuvo su padre, el demonio Mundus. ¿Pero qué es lo que se sabe de Sparda antes de que fuese un demonio? ¿Qué es lo que le lleva a cerrar las puertas del inframundo? En fin la historia va más o menos de la vida que podría haber tenido Sparda antes de ser un demonio y las circunstancias en las que conoció a Trisha la madre de Dante y Virgil y sobre todo lo que le llevo a enfrentarse a mundus para cerrar las puertas del inframundo.

CAPÍTULO 1

Año 0 del calendario católico, época de decadencia en la que actualmente conocemos como Italia. La influencia de Dios todavía no era tan conocida y temida como lo fue durante la edad media, era época de poderosos imperios, en Europa gobernaban los romanos.

Su imperio parecía no tener límites, al igual que su poder, escondían oscuros secretos y teñían de sangre las tierras por las que pasaban.

No obstante el centro de todo es ajeno a todo este movimiento, en las calles de lo que posteriormente sería conocido como Florencia vivía un hombre acaudalado, aunque la figura del noble todavía no estaba muy establecida por aquellas épocas él era lo que consideramos un noble. Llevaba capa y espada, su ojo derecho cubierto por un parche debido a una herida de guerra, era alto, fornido y su principal peculiaridad era su cabello plateado de brillo diamantino, peinado hacia atrás con mucho esmero sin el más mínimo rasgo de imperfección. Solía caminar por las calles con un aire de superioridad, muy erguido y con un ritmo firme que no estaba dispuesto a detener por nada del mundo y no dudaba en clavar su espada a cualquiera que le obstruyera el paso, al no ser obviamente que se tratase de un guarda o de alguien que supondría un peligro para su clase social y por lo tanto para su estilo de vida. Yamato Sparda trabajaba a servicio del imperio romano y al mismo tiempo no trabajaba, se encargaba de abastecerlos de armas, comida y agradables compañías y en ocasiones también ejercía de lanista jugando en sus esclavos en los estadios y los que no servían como era el caso de las mujeres y ancianos los donaba a los generales del imperio a un precio de risa. Incluso poseía comercios y prostíbulos a su nombre, a pesar de que su clase social era un tanto de segunda fila, era más rico incluso que el emperador de Roma pues sus negocios abarcaban mucho más que la moderna Florencia, su poder llegaba hasta otros países y otros imperios.

A pesar de todo ello, Yamato no tenía esposa, yacía con la mujer que desease y había tenido algún que otro bastardo, pero él era un hombre egoísta quería todo el poder para él y ante todo despreciaba a los humanos y había una cosa que deseaba por encima de todo la inmortalidad y masacrar a todas esas malditas personas.

Sparda encontraba placer en la muerte de otras personas, y siempre que tenía la ocasión no dudaba en asesinar, incluso delaten de una muchedumbre, los soldados no le hacían nada por qué él era el que les proporcionaba placer, así que basta con cruzarse en el camino de Sparda para ser víctima de una muerte segura.

Otro de los mayores placeres de Sparda es demostrar que es superior a los demás, incluso los que socialmente están por encima de él, algo no muy difícil para el hombre más adinerado de toda Roma. A menudo portaba consigo extraños objetos del extranjero, como espadas de soldados de otros imperios, brazales de jade echos en Egipto, auténticas rarezas que serían envidiadas hasta por el mismo emperador de Roma.

Ahora que ya conocemos la clase de persona que era Sparda ¿Qué se podría pensar si os dijese que fue el salvador de la humanidad? Parece impensable sí, pero así fue, la muerte de su parte humana fue lo que le hizo saborear el valor que tiene la humanidad de una persona, así pues la muerte de Sparda sólo fue el comienzo.